“He is God. Let him do whatever he thinks best.”
Él es Dios. Déjale hacer cualquier cosa que él piense que es mejor. – The message
La respuesta de Samuel fue como si una cátedra en un seminario se estuviera dando. Fue clara, como si esa respuesta no diera oportunidad de responder a ningún, pero. La frase cayó como una loza aplastante a un alma angustiada. Un golpe de REALIDAD.
Esa frase, dio cordura, perspectiva, visión y enfoque a Elí. De la desesperación y del miedo pasó a entender que nada podría hacer para cambiar la situación.
Elí lo iba a perder todo por desobedecer a Dios y no corregir a sus hijos.
Pero volviendo a Samuel era un aprendiz. Un discípulo de sacerdote, un joven de corta edad al que Dios llamó por la noche. En un tiempo donde “los mensajes del Señor eran muy escasos y las visiones eran poco comunes” (1 Samuel 3:1) quizás lo que estaba aprendiendo Samuel tenía que ver más con los rituales y protocolos de actuación sacerdotal que con la experiencia de estar en la presencia y tener un encuentro con el mismísimo Creador. Pero algo sí que había aprendido en los años con Elí: respeto y temor a Yahvé. Esto me habla también que a veces Dios no nos va a hablar con voz audible. No todo es la “EXPERIENCIA ESPIRITUAL” pero las cosas que sabemos hacer para seguir conectados con él hagámosla por obediencia y amor. No menospreciemos las rutinas (disciplinas) de leer, orar, meditar, estudiar y hablar con otros para acercarnos más a Él.
Cuando Dios le llama por su nombre, Samuel no sabe qué hacer y cree que es Elí. Va en su búsqueda por 3 veces. Es probable que esto hubiera sido lo normal del joven aprendiz. Elí estaba ciego, necesitaría ayuda en mitad de la noche para cualquier cosa. Por eso no es extraño que rápidamente al oír su nombre Samuel se acercara a la habitación del sacerdote.
Pero es que Elí desacostumbrado por la voz de Dios en esos días, no cayó en cuenta que era Dios quién lo llamaba hasta la tercera vez: – ¿Será posible que Dios mismo esté hablándole a mi joven discípulo? -, pensaría Elí. – La próxima vez que te llame dí “Dime señor que tu siervo escucha”.
El temor que Samuel tenía hacía Dios le provocó una confianza plena en que Dios sabía mejor que nadie lo que era mejor. Era Dios mismo, cómo no va a saber qué es mejor.
Aún cuando escuchó la palabra para la familia de Elí, supo que esto era bueno, aunque a sus ojos fuese duro. Al fin y al cabo, la familia que había cuidado de el tenía un juicio divino y eso no es fácil de asimilar para nadie. Lo que supo fue que Dios tiene un plan. Y a veces ese plan tiene decisiones que no nos van a gustar, se escapa de nuestra compresión, sentimientos, control, etc. Pero El Es DIOS, déjale hacer lo que crea que es mejor.
Nota curiosa, Samuel profetizó y cada cosa que dijo se cumplió. El corazón obediente de Samuel fue usado por Dios para hablar a una generación acostumbrada a los ritos, sacrificios y expiaciones sin palabra viva, actual y fresca por parte de Dios. Pero Dios llamó a un joven para ser la voz en medio del protocolo para demostrar que Dios sigue con su plan trayendo a Su creación un estilo de vida que merece la pena vivir.
Si te llama Dios esta noche, ¿ qué le vas a contestar?, ¿Aunque el mensaje fuese duro para amigos, familiares cerca de ti?.
“HE IS GOD. LET HIM DO WHATEVER HE THINKS BEST.”